domingo, 21 de octubre de 2012
miércoles, 17 de octubre de 2012
Mi nombre es Dante. Prólogo.
Destino.
Mucha gente cree que lo que le ocurre en la vida es fruto de
algo mágico llamado destino, ojala esa gente tuviera razón.
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El sol empezaba a esconderse en la línea del horizonte, una cálida
luz roja bañaba la habitación de rojo. Rojo, como el color de la la sangre que
bañaban las sabanas de la cama. Cama, en la que yacían dos hombres. El más mayor, tumbado en ella, aparentemente
dormido, aparentemente. Una herida de bala, calculada milimétricamente entre
ceja y ceja, dejaba a entender que ese hombre estaba, por lo menos, muy muerto.
El otro, estaba sentado al lado, aparentemente vivo... aparentemente.
Pero esto, mejor que os lo explique el mismo, ya que esta, es
la que fue su historia.
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Holins llegaba después de un largo día a su casa, un día
normal hasta entonces. Sacó las llaves entro y cerró la puerta detrás suyo,
saludó a su padre, pero no obtuvo respuesta, no se extrañó, supuso que debía estar
dormido, como muchas veces.
En el comedor dejó su maletín, ese día contenía dos riñones
humanos, que esa misma noche irían a recoger unos hombres, y le darían una
buena suma de dinero por ellos. Entonces
Holins se dirigió a la habitación de su padre, a saludarle y a comprobar de que
estuviera bien, ya que su salud era bastante delicada.
Allí estaba yo, sentado al lado del difunto padre de ese desgraciado, un desgraciado que
si, merecía morir, pero no creo que tenga que ser yo el que le ejecute, mi
desgracia es que no puedo decidir, tengo que hacerlo, porque es mi destino.
Holins entró, se sorprendió, se asustó y exigió, hacia
preguntas y me ordenaba que me fuera, me amenazaba de muerte, pobre iluso,
nadie me ha visto la cara para explicarlo, no al menos des de que me llaman
Dante. No al menos después de “eso”.
-Quien coño eres!!! Papa!! Estas bien papa!! Responde!! Lo
has matado hijo de puta!!?? Te matare!! Te matare!! Cabrón!!- Decía Holins con
los ojos llorosos y llenos de ira.
-Tranquilízate Holins. –Dije con la máxima frialdad posible,
con la que se me caracterizaba.
-Que cojones?! Sabes mi nombre?! Quien eres?! Porque le has
hecho eso a mi padre?!
-Quién soy? No necesitas saberlo. A tu padre lo he matado
por que tenía que hacerlo. Pero ahora, quien me importa eres tú.
-Yo?! Hijo de puta te voy a matar!! Que coño quieres de mi?!
Suavemente me levanté de esa cama manchada de sangre, y sin
mostrar ningún sentimiento le miré.
-Tu vida.
Saqué mi revolver del traje y le disparé, fue rápido, preciso
y indoloro.
Me coloque mi mascara, salté por la ventana y desaparecí.
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Destino.
En mi caso, opino que el destino no son más que un cumulo de
decisiones que tomamos al día a día.
Pero incluso ahora, me doy cuenta, de que el destino, es más
que eso.
No solo tú puedes cambiar tu destino.
Y ahora, decidme, que haríais si vuestro “destino” fuera
acabar con el de los demás.
Mi nombre es Dante, y
yo elegí mi destino.
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